La Ciguapa : Cuarta Parte

 

La Ciguapa para los Indígenas : Mito

 

Los bosques y, en especial, los de las zonas montañosas, son tradicionalmente ambiente propicio para la generación de mitos y creencias. En el caso de la Cordillera Central, existen dos mitos muy difundidos que vale la pena referir.

Los Indios. Es de todos sabido que la inefable ambición europea acabó con la totalidad de la población nativa de Taínos, Arawaks y Caribes de Quisqueya (nombre indígena de la Española) en los primeros 60 años del Siglo XVI. Desde entonces la condición de indio, gracias a su inexistencia, ha venido siendo idealizada como "no tan mala", y hasta como sabia, frente a otras como la de mulato o negro, siguientes en la agenda del genocidio.

Hay quienes creen que en algunas cumbres inexpugnables de la Cordillera Central subsisten aún algunos pequeños grupos de indios, con sus costumbres y su sabiduría, que ofician de guardianes de un gran tesoro en oro ritual, a la espera de tiempos mejores para reconstruir su culto.

Según estas personas, el caminante debe cuidarse de explorar lugares muy recónditos durante sus expediciones, pues los indios no dudarían ni un segundo en deshacerse de un testigo de su, hasta ahora, tan bien guardado secreto.

La Ciguapa. De que la ciguapa es una fémina desnuda y salvaje que deambula por los bosques y de que tiene los dedos de los pies apuntando hacia atrás, no cabe la menor duda. Lo que sí es un misterio, debido a la diversidad de versiones y testimonios, es su origen y su aspecto. 

Algunos creen que como cuando llegaron los europeos las adolescentes vírgenes andaban desnudas como si nada por los campos, tal sobredosis de sensualidad, para quien no estaba acostumbrado, provocó tal desorden y superpoblación, que a algún sabio jefe de un clan de la Cordillera Central se le ocurrió ordenar a las jovencitas nunca dar la espalda a un extranjero

 

Otros suponen que la ciguapa es producto de un vistazo miope a un oso perezoso, especie actualmente extinta en la Española, que como se sabe tenían al final de las patas largas unas que apuntaban hacia atrás. 

La ciguapa es un ser inofensivo y pacífico pero muy curioso. Le resultan particularmente interesantes los grupos de caminantes que circulan por los caminos de la Cordillera Central y sólo es posible alterarla si se atenta contra su bosque. 

En cuanto a su aspecto hay quienes dicen que es azul y pequeñita (como de 1.20 metros), otros dicen que es sucia y salvaje, con un cabello que jamás fue cortado ni peinado, pero de una belleza tal que actúa como "canto de sirena" sobre los caminantes del sexo opuesto, arma de al que se vale para lograr atrapar a sus enemigos que desaparecen después de ser seducidos. 

Así que recomendamos a los caminantes que se cuiden de ensuciar o destruir el bosque, y que si han dejado caer una colilla o algún papel en el camino y de pronto se encuentran con una ciguapa, no duden en abrazarse del árbol más próximo, cerrar los ojos y gritar pidiendo ayuda. 

 

Efraim Castillo : efraimcastillo@gamail.com

La historia está llena de mitologías y seres fabulosos, porque las mentiras fantasiosas entretienen y llevan la imaginación popular a estadios creativos. Aún hoy, cuando la informática y sus ramificaciones crecen exponencialmente, los mitos alimentan los sistemas lúdicos y los licántropos, dragones, grifos, aves Fénix y héroes de comics mantienen sus protagonismos en las imaginerías sociales. Y uno de nuestros mitos, la ciguapa —quizás al que más atención se le ha brindado— no debería morir en el olvido.

Al respecto, Ramón Oviedo (1924-2015) realizó en 1985 una de las exposiciones más impactantes de todas las que se han presentado en República Dominicana: “El Mito de la Ciguapa”, donde se daban la mano, más allá de la especulación mitológica, el talento del artista y un tema que, más que leyenda, ha devenido en puro folklore.

En esa muestra, Oviedo abordó la esencia del propio mito como una especie de desahogo estético para configurar la ciguapa como un prototipo de su propia expresión, internándose en un cosmos cultural taíno a través de quince realizaciones de diferentes formatos, en el que el mito del personaje adquirió un fundamento visual, algo que sólo la tradición oral y una muy contada literatura había definido. Javier Angulo Guridi la había descrito en su novela “La Ciguapa” (1866) como un ser que: “tiene la piel dorada, los ojos negros y rasgados, el pelo suave, lustroso y abundante, que rueda por sus espaldas hasta la misma pantorrilla”.

Y Juan Bosch en “Indios” (1935), la describe como “…una mujer pequeña de cabellos que la visten y sólo camina de noche”. Asimismo, abordaron el tema de la ciguapa Joaquín Balaguer (Los carpinteros), Manuel Mora Serrano (Goeíza), Ricardo Sánchez Lustrino (La ciguapa, leyenda indígena), Alfredo Fernández Simó (Guazábara), Cayo Claudio Espinal (La muerte de la ciguapa), Orlando Morel (Ciguapapoesía) y Ricardo Rivera Aybar (El reino de mandinga), entre otros.

Sin embargo, la ciguapa de Oviedo no evadió el mito, sino que lo condicionó para que adquiriera la estética de una figuración que, lejos de debilitar la leyenda, la fortaleciera dentro del espíritu folklórico nacional. Así, en la búsqueda de su propio yo, Oviedo remontó su exégesis, su elucidación hacia las raíces del propio Sur dominicano, rescatando valores y sentimientos que mezcló en el mito de la ciguapa.

Esa búsqueda del mito y las huellas ancestrales de nuestra cultura la prosiguió Oviedo y la expuso en otra exposición que, aún hoy, no ha sido digerida del todo por críticos y coleccionistas: “Raíces”, (1996), montada en el salón de presentaciones culturales de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), en la ciudad colonial, coincidiendo con la inauguración de un mural con el mismo título, realizado en el frontispicio del edificio de las facultades de ingeniería y arquitectura de dicha academia (ambos eventos organizados por su Departamento de Extensión Cultural).

Por eso, debemos acrisolar el mito de la ciguapa como una parte intrínseca de nuestro ser, aunque nos duela —como paradoja— que sus pies marchen hacia atrás.

 

 

 

 

 

 

 

 La Ciguapa  (01)  (02)  (03)  (05)

 

 

 

 


Cuatriboliao :

Desiderio Arias Alvarez , El (1872 - 1931) fue un destacado militar dominicano y uno de los principales caudillos del país, que alcanzó un gran prestigio y pudo ganarse el respeto de sus seguidores y del pueblo dominicano, posicionándose como uno de los grandes hombres de batalla de la República Dominicana. Ganó alta popularidad entre los pobladores de la Línea Noroeste, especialmente en Monte Cristi y demás pueblos aledaños.

Manolo Tavarez Justo :    Nació en Monte Cristi, hijo de Manuel Francisco Tavárez Ramos y Josefa Justo Rosseau. Sus estudios primarios y parte de los secundarios los realizó en la Escuela de Varones Número Uno, llamada después Honduras Desde muy joven sus padres le comentaban sus experiencias sobre la intervención de Estados Unidos al país en 1916 y estos relatos, según refieren algunos de sus amigos, contribuyeron al desarrollo de la actitud antiimperialista de Tavárez Justo.

El Merengue : Parece ser que el merengue se desprende de una música cubana llamada UPA, una de cuyas partes se llamaba merengue

Eugenio Deschamps :  Nació en Santiago de los Caballeros el 16 de junio de 1861, fruto de la unión de Eugenio Deschamps, de nacionalidad francesa, y de Natividad Peña. .

Ulises Francisco Espaillat  Nació en Santiago de los Caballeros el 9 de febrero de 1823. Fueron sus padres Pedro Ramón Espaillat y María Petronila Quiñones. Casó con su prima hermana Eloisa Espaillat con quien procreó seis hijos

Gregorio Luperón : Una de las más relevantes figuras del escenario histórico dominicano: Patriota, militar y político. Nació el 8 de septiembre de 1839 en Puerto Plata hijo de Nicolasa Duperrón y Pedro Castellanos.

María Trinidad Sánchez :   fue una activista dominicana quien tuvo una participación protagónica en la independencia de la República Dominicana

Orlando Martínez :   Brillante periodista, militante revolucionario ejemplar fue asesinado el 17 de marzo de 1975, aproximadamente a las 7:00pm.

Minerva Mirabal :   Fue una abogada y activista dominicana; y una de las hermanas asesinadas por el dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo.

Patria Mirabal :   Fue bautizada tres meses después en la Iglesia San Juan el Evangelista de Salcedo, siendo sus padrinos los señores Raymundo Garrido y Carmela Reyes.

María Teresa Mirabal :   Gracias a su ejemplo, hoy día miles de mujeres se manifiestan contra la violencia y luchan desde sus particulares trincheras hermanadas por la idea de alcanzar una vida libre de violencia.